Durante la Guerra del Pacífico (1879-1883), Benjamín Vicuña Mackenna apoyó la causa chilena en contra de Bolivia y Perú desde su posición de senador, periodista e historiador.
Antes de su inicio, definió el conflicto como "inevitable" en la sesión secreta del Senado del 24 de marzo de 1879:
"La guerra viene, pues, y ya golpea a nuestras puertas con el ruido del cañón. Es preciso ser sordo para no sentir sus pasos y demasiado perezosos y demasiado culpables para esperar que los aplazamientos, las misiones y los recados por el cable puedan estorbar la consumación de un hecho que ya está consumado." (Vicuña Mackenna, 1939: tomo III, 199).
En su faceta de periodista informó a la población sobre la contienda y el accionar de los soldados con publicaciones contemporáneas a los hechos. En El Mercurio de Valparaíso, El Nuevo Ferrocarril, La Patria, La Nación de Valparaíso, y en la revista Veintiuno de Mayo de Iquique, publicó noticias y documentos inéditos facilitados por testigos y combatientes traídos directamente desde el norte.
Publicó, además, una obra general que dividió en cuatro volúmenes, los cuales se agotaron en cuanto salieron a la venta (Vicuña Mackenna, 1881:8). Estos fueron:
- Episodios marítimos. Las Dos Esmeraldas, centrada en los antecedentes y preparativos del conflicto, hasta la ocupación de Antofagasta y el combate naval de Iquique.
- Historia de la campaña de Tarapacá, e Historia de la campaña de Tacna y Arica 1879-1880, que abordó las batallas previas a la toma del Morro.
- Historia de la campaña de Lima, consagrada a la ocupación de la ciudad peruana, "la parte mas viva, mas interesante i mas dramática de esos anales militares" (Vicuña Mackenna, 1881:6)
Para enaltecer la misión de soldados y marinos escribió Álbum gráfico de la Gloria de Chile, en la que destacó la figura del héroe nacional como modelo a imitar.
Su preocupación por el bienestar de los combatientes lo movilizó a crear la Sociedad La Protectora, obra benéfica en la que participó destacadamente su hermana Dolores, y su esposa Victoria Subercaseaux.
Historiadores como Cristián Gazmuri han planteado dudas sobre la validez histórica de estas obras debido a que narraba los hechos en cuanto sucedían y no verificaba la veracidad de sus fuentes (2009:133).
Por su parte, investigadores como Sergio Villalobos y Francisco Antonio Encina, destacaron que su cercanía a los acontecimientos le permitió recopilar una gran y diversa documentación sobre cómo se vivió la guerra en Chile, Bolivia y Perú.
Debido a este doble rol de historiador y periodista, sus biógrafos lo calificaron como "conductor espiritual del país en guerra", "cantor de las gestas históricas" (Orrego Vicuña, 1939), o "vocero de la República en armas" (Vicuña, 2009).