Panorama desde el puente
El eje norte-sur de los Andes, y sus ríos y torrentes que fluyen de este a oeste, orientan el sentido de lugar a través del paisaje chileno. La relación entre esta herencia morfológica y cultural y el desarrollo urbano de Santiago se manifiesta en la integración geográfica del rio Mapocho y su valle en el diseño urbano.
María Isabel Pavés Reyes ha demostrado que en la década de los sesentas, varios proyectos de planificación urbana aplicados al corredor de Santiago entre la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa, mostraron una comprensión madura de las ahora globalmente reconocidas teorías de sustentabilidad (2009). Pavés argumenta que estos conceptos conservaron estratégicamente a la capital natural en diálogo con sistemas urbanos e infraestructuras.
Por otro lado, para Mario Pérez de Arce, el mismo corredor reveló un espacio geográfico -aquel entre la Cordillera y el mar- que se manifiesta en el rio Mapocho (2010). El autor comprende el paisaje cambiante del Mapocho como un sistema metropolitano integrado de parques que forman hoy un espacio público continuo y abierto, que nace en la Cordillera y cruza lateralmente el área metropolitana completa.
A pesar de estos antecedentes, el desarrollo urbano de Santiago presenta un desafío a la presencia inmutable de la Cordillera como una referencia visual urbana. Es en el corredor del río Mapocho que se puede establecer un diálogo visual con la Cordillera como capital natural: un sistema ecológico que hace posible la existencia de la vida humana.
Paulina Ahumada y Catalina Valdés han propuesto entender la representación de los Andes en la pintura chilena y la cartografía de los siglos XIX y XX como central en la construcción cultural del país como nación independiente, y de Santiago como su centro y capital (2014). Ignacio Szmulewicz observó por su parte, que no existió en el arte chileno del siglo XX un equivalente de los movimientos del Land Art y el arte público, como los que se desarrollaron en Europa y los Estados Unidos en los sesentas y setentas (2012). La crítica del arte norteamericana Rosalind Krauss identificó estos compromisos con los paisajes naturales y urbanos como parte del campo expandido: una cuarta fuerza creativa en el medioambiente natural y urbano que se define como una intervención en la geografía que no es ni arquitectónica, ni paisajística, ni escultórica.
En este campo expandido, las envolturas monumentales de Christo y Jean Claude de partes de la costa australiana en 1969 sirvieron como un medio para comprender el significado de los paisajes naturales y urbanos como constructos culturales. Cuarenta años más tarde, la obra “When Faith Moves Mountains” de Francis Alÿs (2000) se constituyó como un intento de quitarle romanticismo al Land Art con el trabajo de 500 voluntarios desplazando varios centímetros una duna completa de arena en las afueras de Lima, Perú. La acción de Alÿs, en tanto crítica al campo expandido, ha servido como una intervención participativa “de manual” para arquitectos del paisaje a lo largo de Suramérica.
Desde la Cordillera, el río Mapocho se consolida en el paisaje como un claro corredor visual hacia la frontera oriental montañosa de Chile. Por otro lado la manera de habitar el Río Mapocho en la vida cotidiana de la ciudad es a través de sus puentes. En este sentido los puentes peatonales representan un tipo particular de espacio público urbano que, aunque es igualmente abierto y accesible, tiene diferentes expresiones arquitectónicas y urbanas a lo largo del río con vistas ininterrumpidas de la Cordillera.
El puente Racalamac (Providencia) es un cruce literal y metafórico de dos períodos claves en el desarrollo de Santiago moderno: la canalización del río Mapocho (1885 – 1918) y la dominación del automóvil (que empezó en la década de los cincuentas). Además, este puente peatonal de arco empinado, es el sitio de numerosas intervenciones de arte, protesta y amor. Curiosamente, los miles de candados de los enamorados unidos a ambos lados de este puente peatonal no están colocados de la misma manera. En el lado que mira al poniente, estos están centrados sobre el río hacia el norte del puente. En el lado que mira al oriente, están centrados en el cenit del puente y orientados hacia el sur y la Cordillera. Para mí, estos actos de devoción indican una apropiación simultánea del espacio público y sus vistas, el puente, el rio y la cordillera.
Anthony McInneny es diseñador de la Monash University, Australia; artista visual y doctorado en Arquitectura de la RMIT University, Australia; académico e investigador del Centre for Art, Society and Transformation (CAST) de RMIT University y Profesor Adjunto de la University of Newcastle (Australia). Sus investigaciones se basan en el espacio público a través del arte visual y la temporalidad. Ha vivido los tres últimos años en Santiago, Chile.