Fotografía de Vicuña Mackenna con María, Benjamín y Eugenia
Emilio Garreaud fue un fotógrafo francés que realizó su trabajo entre Perú y Chile. Viajó a América en 1855, y en 1856 abrió un centro fotográfico en Lima. En 1863 se instaló en Chile, donde junto a su amigo Benjamín Vicuña Mackenna editó el "Álbum del Santa Lucía", que incluía 49 fotografías en gran formato del cerro Santa Lucía, junto con textos de Benjamín Vicuña Mackenna.
En esta fotografía podemos ver a Benjamín Vicuña Mackenna rodeado de tres de sus hijos: Eugenia en su rodilla derecha, maría en su costado izquierdo, y su único hijo hombre, Benjamín, al centro.
El matrimonio formado por Benjamín Vicuña Mackenna y Victoria Subercaseaux, tuvo ocho hijos, de los cuales sólo cuatro alcanzaron la mayoría de edad, pues las tasas de mortalidad infantil de aquella época eran mucho más altas que las que existen hoy en día en Chile, por lo que era frecuente que los niños no llegaran a la adultez. Rosa vivió dos años y falleció en octubre de 1875; Manuela sobrevivió apenas seis meses, falleciendo en octubre de 1878; Arturo, el segundo varón, murió tras cumplir un año en junio de 1880. Finalmente, tras la muerte del propio Benjamín Vicuña Mackenna, su viuda debió enterrar a su hija Gabriela, que todavía no cumplía tres años, en junio de 1887.
En la fotografía se hacen visibles los atributos del padre, en manifiesto gesto de autoridad y entronado, donde se ubica de forma central y resaltando a su hijo como sucesor o continuador de la estirpe.
Según el historiador Jorge Rojas Flores, a partir del siglo XIX habría existido un concepto moderno de infancia, puesto que se prestó atención a la diversión infantil, y se comenzó a orientar y dotar de contenido al tiempo libre de los niños.
En las casas aristocráticas, la distribución de los espacios les permitía a los niños tener espacios exclusivos, a diferencia de los demás niños de clases populares. Los niños eran amamantados por nodrizas, y se relacionaban socialmente desde muy temprana edad. Tenían estrecho contacto con la servidumbre, siendo ésta central en el cuidado, e incluso en la formación de los niños de clase alta. Los niños eran admitidos a comer en la mesa con los mayores -cuando había gente de confianza-, y se les permitía preguntar sobre diversos temas.
Benjamín Vicuña Mackenna se interesó por la historia de la infancia en Chile, y en su Historia crítica y social de Santiago, hace un retrato de la infancia, describiendo las formas de crianza de los niños durante el período colonial, las costumbres y los juegos de la infancia, entre otras cosas.
Además, se interesó por mostrar el significativo cambio que ocurrió en el plano de los sentimientos entre padres e hijos. Según Jorge Rojas, Vicuña Mackenna "destacaba el enorme poder que concentraba el padre al interior de la familia. Los hombres no habrían podido siquiera afeitarse la primera barba sin la autorización del padre", refiriéndose a la Colonia, contrastándolo con su propia época.
Tanto se preocupó Benjamín Vicuña Mackenna por la infancia, que instaló una plaza de juegos con carrusel incluido en el Cerro Santa Lucía, siendo la única de su tipo hasta bien entrado el siglo XX.